Me mandó mi hermana este fin de semana una foto de una BESUGUERA INOXIDABLE. Quizás no tendría sentido si no fuera porque desde hace tiempo con el cachondeo acabamos llamándonos «sugo» y «suga». Y ¡cuidao! que tiene su historia.
Hace mucho, mucho tiempo, llamábamos a nuestro padre besugo (en plan cariñoso) de besugo derivó a sugo, y a partir de ahí yo llamé a mi hermana suga.
Desde entonces tenemos un buen cachondeo con esta palabra y más aún después de enviarme una foto de una besuguera inoxidable ¡Lo que nos faltaba!
Muchos besos suga, jajajaja